viajerapunzel

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martes, 22 de julio de 2014

A Coruña - Galicia

Es una bonita ciudad con multitud de monumentos, parques y calles que visitar.
Podríamos empezar por la Torre de Hércules. 

Es impresionante, tanto la torre como las vistas desde allí.





Se puede subir, pero pagando. La entrada normal son 3€ y la reducida 1,5€. Avisaros de que no esta acondicionado ni para sillitas, ni gente con movilidad reducida ni mucho menos para gente con problemas respiratorios.Hay exactamente 212 escalones para subir a lo alto.
Realmente pagas por las vistas, porque antes de entrar hay un pequeño "museo" y a medida que vas subiendo, una especie de habitaciones (vacías) desde donde puedes ir viendo la altura que subes.
Una vez arriba, disfrutaras de la brisa fresca y limpia del mar, la Rosa de los Vientos y una pradera que hay justo enfrente.







Una vez abajo, paseamos por la playa de Riazor.
Todavía sigue el Paseo un poco deteriorado por los temporales de
este invierno, pero eso no impide andar por aquí tranquilamente.
Informaros que la playa es de arena gruesa (similar a la de los parques) y estaba un poco sucia (no sé si también el temporal, o que como aun no había empezado la temporada de baño, no le habían dado un repaso).




De aquí, pasamos por delante del estadio del Deportivo de La Coruña y subimos al Monte San Pedro.






Habíamos conseguido aparcar el coche en una buena zona y decidimos no moverlo y subir en bus. Los que pasan por esa zona son la linea 3 y 3A.
Llegamos al monte y lo primero que vimos fue merenderos para pasar el día y barbacoas para llevarte todas las cosas y cocinarlo.
Más adelante, este mirador te asoma a toda la costa de Coruña. Entre medias hay varios cañones que te recuerdan parte de la historia de este lugar.
También hay praderas con césped muy bien cuidado y estanques.











Ya caído el día, acabamos nuestra visita en la Plaza de María Pita, donde suele haber mucho ambiente y sitios de restauración, y justo al lado está la Iglesia de San José.








El domus lo vimos por fuera pero ya no nos dio tiempo a entrar.


Con esto quiero decir que necesitaríais un día para ver la ciudad.


Mi plan no era ir de fiesta, pero por lo que pude ver, hay varios
pubs a lo largo de la calle Orzan.




BUEN VIAJE!

martes, 8 de julio de 2014

Burgos


Burgos es una pequeña ciudad de arte gótico.
Todo lo que hay que ver está cerca y se puede ir andando.
Excepto 4 monumentos, que quedan a las afueras y, se podría ir andando o en bici, pero tendrías que disponer de tiempo (y ganas).
Nosotros llegamos pronto a la ciudad y antes de hacer el check in en el hotel, decidimos verlos para después aparcar el coche y olvidarnos de él.
Empezamos por la Cartuja de Miraflores. Es una especie de monasterio, metido entre pinares. No hay que pagar entrada, es un donativo.
Una vez dentro, puedes ver la Iglesia y diversos objetos antiguos que están en exposición.
Todo esto, rodeado de naturaleza y con varios senderos para hacer rutas a pie o en bici.







Cuando terminamos, nos dirigimos al Monasterio de las Huelgas, al que solo pudimos entrar a los patios de alrededor porque ya estaba cerrado.
Los lunes no abren y a mediodía cierran un par de hora aproximadamente.







Mi recomendación es, que si ya estáis con el coche, aprovechéis para ir al Palacio de la Isla y el Hospital del Rey. Si os digo la verdad, en los mapas están fatal indicados y no supe cómo llegar (solo conseguí verlos desde un mirador), pero quedan cerca de las Huelgas.





Hay un par de parkings de pago en el mismo centro (Pza. España y Pza. Mayor) y alguno más un poco más a las afueras, pero si tenéis suerte y podéis evitarlo, más económico...

Ya terminado el paseo con el coche, y como nuestro hotel era céntrico, empezamos la visita por la Casa del Cordón. 


Después continuamos por el Paseo del Espolón, a la ribera del río Arlazón. Es un parque que se encuentra junto al río, lleno de árboles, fuentes, bancos y espacio libre para pasar un rato agradable.







Justo al lado tenéis el Complejo de la Evolución Humana. Seguramente con mucho que ver, ya que es gigante, y muy interesante, pero por cuestiones de tiempo (para no variar) no pude pararme a visitarlo.



De aquí tomamos dirección al Castillo. También se puede ir en coche, más que nada por la pendiente que hay que subir, pero por cercanía, está por detrás de la Catedral.







Os encontraréis con unas murallas y al llegar a lo alto, en la puerta, hay un parque y un chiringuito para tomar algo.
Con la buena suerte que nos caracteriza, acababan de cerrar el Castillo cuando llegamos, así que tampoco os puedo decir qué había dentro.

De vuelta al centro, bajando desde el Castillo, tenéis un mirador donde vienen explicados todos los monumentos que hay y la zona en la que se encuentran (gracias a esto descubrí cuál era el Palacio de la Isla).










De nuevo abajo, pasamos por el Arco de San Esteban y, un poco más adelante llegamos hasta la Plaza de la Catedral, donde también vimos el Arco de Santa María.




La mayoría de calles en el centro son peatonales, asi que no tendrán problema con estar pendientes de si vienen coches o no.

Es una ciudad llana, no con demasiada gente para ser una "gran ciudad",  por lo que es un agradable sitio para conocer.