viajerapunzel

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sábado, 25 de octubre de 2014

Día de la Hispanidad

Si para una persona española es especial celebrar el día de la Hispanidad, imagino que para los turistas será también algo digno de ver.
Después de muchos años sin ver el desfile (mucho han cambiado las cosas en el despliegue de medios) me animé a ir este año.


Pagué la novatada, ya que con el Rey Juan Carlos empezaba a las 10, y convencida de que todo era igual con el nuevo Rey, llegué una hora antes.
Al bajar en Recoletos, lo primero que cantan por megafonía es que dará comienzo a las 11.
Así que perfecto...
Dos eternas horas de espera, y como es tradición, con amenaza de lluvia.


Me dio tiempo a dar una vuelta y, cómo no!, elegir el sitio que más me gustase.
Lo mejor es el transporte público, ya que te deja en el mismo recorrido del desfile, que va desde un poco antes de la Plaza de Neptuno hasta el final del Paseo de Recoletos.
Las paradas ideales de Renfe son Recoletos o Atocha y de Metro, Banco de España o Atocha Renfe.

Para verlo, me quedé en la plaza de Cibeles, que había pantallas, megafonía y justo con la glorieta, la calle quedaba en curva y se veía con antelación la llegada de los militares.

Aparte de la recepción de las personalidades del Gobierno, lo primero que se hace en esta celebración es pasar revista a los militares y, una vez visto, se hace el homenaje a los caídos.

La primera aparición en el desfile la realiza el Ejército del Aire, con los famosos Kazas, la Patrulla Águila pintando la bandera, aviones con los que realizan las operaciones y helicópteros de la Policia Nacional.


Acto seguido, comienza el desfile por tierra encabezado por los todoterrenos que llevan a los veteranos y seguidos por el resto de cuerpos militares (Guardia Real, Infantería de Marina, Regionales de Ceuta, Unidad de Montaña, UME, La Legión con su tradicional cabra, Guardia Civil, Policia Nacional, militares invitados de otros países...).

























Y para culminar, el paso por el recorrido de la Guardia a caballo.





Es un evento que, para el que se sienta español, emociona. Y es una actividad ideal para realizar con los peques, que en general les encanta.

Llegar dos horas antes, es demasiado, pero sí que recomendaría una hora de antelación.
El mejor lugar? Cibeles o Paseo de Recoletos, ya que justo detrás de las vallas hay un bordillo al que, dado el caso de que la visibilidad se complique, te puedes subir.
No recomendaría la Castellana, ya que entre la valla y donde te puedes empezar a poner (hay césped) se ve desde un poco más lejos.

viernes, 10 de octubre de 2014

Viajando a Córdoba

Una de las ciudades más calurosas de España (al menos durante el verano).
Tanto es así, que la población se esconde de 14 a 21 horas más o menos y es  complicado encontrarte a alguien por la calle. Incluso muchos negocios ni abren por la tarde y en el caso de los monumentos, tienen horarios nocturnos.
Es una ciudad grande, pero la puedes recorrer en un par de días.
Puedes empezar por Medina Azahara, ya que está a pleno sol y cuanto antes vayas a visitarla, mejor. Aparte de que solo está abierto hasta las 17 horas (en verano).
Si no vas en coche, llegar aquí es complicado o una locura. En este caso las opciones son:

  • Bus turístico que te lleva hasta allí y cuesta 8,50€. Sale sobre las 9.00 y a las 11.00. El billete permite el acceso a una especie de museo que han hecho cerca del monumento.
  • Bus linea O1 y O2. Desde la parada hasta Medina Azahara tienes como 40 min (si no hace sol hasta te lo podrías plantear...). Son unos 2,5 km.
Pero recuerda, a las 17 horas cierran y la visita se estima que tardas unas dos horas en hacerla. La entrada es gratuita para europeos.
Yo no pude ir, porque fuí en AVE y en un día y medio de visita no tuve como acceder hasta el sitio :(


Ya en lo que es en el centro ciudad, en los alrededores encontrarás parques, como el de la Victoria y fuentes en algunas plazas, que refrescan algo el ambiente.









Para visitar el casco antiguo, empezamos por la Torre de la Malmuerta, junto a la Plaza de Colón. Callejeando por las típicas calles cordobesas estrechas y floreadas, llegamos al Templo Romano.








Después nos dirigimos al Alminar de San Juan (no muy llamativo, ya que está junto a una iglesia y en un cruce de calles y ni siquiera parece un monumento).


 

En el punto céntrico del casco histórico, nos encontramos la  Mezquita- Catedral de Córdoba, mezcla de culturas y arquitecturas.
La entrada son 16€ y hay pases nocturnos, aunque desconozco si durante el día también se puede acceder.




Todo el barrio que rodea esta zona, se le conoce como la Judería. Suelen ser calles muy estrechas y que acaban desembocando en la Catedral.


 

Junto a la Mezquita, está la Puerta del Puente o Arco del Triunfo, el Puente Romano y al otro lado la Torre de Calahorra.
Todo ello con el Guadalquivir transcurriendo bajo tus pies.









En algunos puntos del río hay restos de lo que en su día fueron molinos.




Al caer la tarde más vale alejarse de la ribera porque está lleno de mosquitos y bichos a causa de la humedad.

Dejando atrás el Guadalquivir, nos dirigimos al Alcázar de los Reyes Cristianos (7€ entrada). Dentro están las Caballerizas Reales, en las que se realizan espectáculos ecuestres.








También fuimos a ver la Capilla de San Bartolomé, pero no es nada del otro mundo.
Para llegar allí, atravesamos la Calle Cairuán (famosa por sus flores en balcones y macetas) que transcurre paralela a la muralla que rodea la ciudad.







Dejamos la Sinagoga para el final y cuando llegamos, solo nos encontramos unos andamios que rodeaban la entrada. 
Después nos enteramos de que se cerró en Julio hasta el 31 de agosto.

Difícilmente podríamos pensar que era la Sinagoga, sino fuera porque hay un cartel que lo dice. Desde fuera solo ves una simple fachada blanca que nada te hace indicar lo que se esconde detrás.



Como curiosidad (algunas grandes ciudades los suelen tener) hay aseos por la calle a los que puedes acceder por 0,30€.





En búsqueda de un lugar para cenar, nos encontramos con un pequeño espectáculo flamenco en la terraza de un restaurante.


Nos sorprendió que no había casi ambiente. Andamos por calles cercanas al centro (0.00 de la noche) y no había nadie.
Por contra, sí que había gente con mala pinta 
por los parques.

Por lo demás es una ciudad muy bonita que se puede visitar en una escapada.