Esta zona está compuesta por pueblos de montaña. Llegar a alguno de ellos fue cuanto menos una aventura.
Para intentar llegar al templo budista de Pampaneira había que subir un camino de "cabras" (sí, por allí estaban pastando).
Nos quedamos a 5km porque la carretera ya nos parecía un poco más tortuosa que anteriormente y como malas experiencias automovilísticas en semana santa, ya habíamos tenido… no queríamos más!
Así que decidimos recular, y volver a la “civilización”.
De camino habíamos pasado por Lanjarón y decidimos parar en una especie de mirador.
El pueblo no es muy grande, pero parece que tiene ambiente y tiene restauración y tiendas, aparte del famoso Balneario.
El pueblo no es muy grande, pero parece que tiene ambiente y tiene restauración y tiendas, aparte del famoso Balneario.
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