Ya que no tenemos mucho tiempo libre (ni dinero) decidimos hacer una pequeña ruta para conocer diversos pueblos en un día.
Nuestra primera parada fue Buitrago del Lozoya, un pequeño pueblecito rodeado por un río que lleva a un embalse. Tiene unas murallas por las que puedes andar tranquilamente mientras disfrutas de las vistas.
Junto a la iglesia hay un pequeño museo encima de otras murallas. Para subir tendrías que pagar 1.5€.
En fin de semana y festivos, Buitrago suele estar lleno de gente, por lo que os recomiendo aparcar a las afueras del pueblo (en la vía de servicio), ya que como os he comentado, el pueblo es pequeño y llegas rápido a cualquier sitio.
Después de tomarnos algo, fuimos al siguiente destino: El Atazar.
Las carreteras son comarcales de montaña, con curvas y un poco estrechas, por ello, cuidado con las heladas y el mal tiempo, ya que se os puede hacer un poco tortuoso el camino.
Dado que por lo que había visto en internet, el pueblo no tenía mucho que ver, decidimos quedarnos en un rellano en mitad de la carretera para comer disfrutando de las vistas y la tranquilidad de la presa.
Cuando terminamos, quisimos acercarnos al puente (muro de contención), pero allí no se puede parar ni aparcar, así que ni os molestéis en bajaros porque os regañan los de seguridad.
Hay un mirador precioso. Está en la Calle del Arroyo (es directamente la comarcal por donde se va hacia Patones). Tiene banquitos y se puede aparcar bien para disfrutar de las vistas.
Nuestro última parada fue Patones.
Se divide en Patones de Arriba y Patones de Abajo.
Abajo no hay nada, más que unas cuantas casas y es por donde transcurre la comarcal.
Arriba es una pequeña aldea donde prácticamente lo único que hay son restaurantes, pero es bastante bonito.
Son todo cuestas y solo se puede entrar a pie. El coche tienes que dejarlo en una pendiente que hay al lado, y dependiendo de lo tarde que llegues, tendrás que ir aparcando más y más arriba.
Gracias a Dios, nosotros llegamos cuando la gente empezaba a irse, por eso conseguimos aparcar relativamente cerca...
Al final de las calles de Patones de Arriba, se encuentran unas ruinas de lo que supongo que antes eran casas.
Para subir, la carretera de acceso es muy estrecha, donde apenas caben dos coches, y con muchas curvas. Muchísimo cuidado.
Recomiendo zapato plano, son calles empedradas y en cuesta!
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